domingo, 28 de abril de 2013

No hay nadie...

En mis días de pensamientos suicidas, no hay nadie más que yo y mis pensamientos negros, pensamientos sin esperanzas, vacíos pero llenos de oscuridad.
No quiero vivir más así. Pero tampoco encuentro el valor para hacerlo: para ponerle fin a mi vida.
No sirvo para estar ni aquí, ni allá. No sé de dónde soy ni adónde pertenezco. No siento la luz, sólo mucho dolor.
En mis días de pensamientos suicidas, no hay nadie que entienda. Todos juzgan y critican pero nadie salva ni repara en la pena.
En mis días de pensamientos suicidas, tengo que sufrirlos apretando una almohada, como a punto de parir el alma que se niega a salir  y me desplomo en llantos y debo comprender que solamente yo y nadie más que yo, deberá pasar por eso de la manera más cruel, luchar con la soledad que me abate noche y día y que me sigue a todos lados sin cesar.
No es mi hora... o es cuestión de tiempo...

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