jueves, 4 de marzo de 2010

Cuando un ser querido muere

Nada se asemeja al dolor que uno siente cuando alguien cercano muere y nos deja súbitamente solos con un sentimiento de abandono. El dolor es tan inmenso, tan intenso, tan avasallante, casi destructor. Mucho se parece a aquellas construcciones en ruinas de las cuales ya es difícil volver a poner en pie.
Los días no tienen mucho sentido y las noches no tienen fin. Todo se hace cuesta arriba.
Sí, la vida ya no vuelve a ser la misma. Nos deberemos a acostumbrar al hecho de que esa persona ya no volverá. No volveremos a escuchar su voz, sus risas, sus enojos, sus quejas, sus pasos, sus dichos, sus chistes, sus entradas y salidas...
Hablo de mi propia experiencia puesto que perdí a mis pap
ás. Mi padre falleció cuando yo tenia once años, víctima de un fulminante cáncer. No hace aun un año que partió mi mamá, un domingo de Mayo, repentinamente se durmió y para siempre. Tanto la muerte esperada de uno (por estar enfermo) y la muerte repentina del otro (sin previo aviso) dejan un dolor punzante muy difícil de explicar, entendible solo por aquellos que también pasaron y pasan por lo mismo.
Mi propósito es compartir el duelo con vos que también est
ás atravesando este difícil momento. Darte palabras de ánimo, decirte que a pesar de lo mucho que duele ahora, aprenderás a vivir sin él o ella, el sol seguirá brillando y un día despertarás y aunque seguirás extrañando a tu ser querido, el dolor será menos insoportable.
Cuando alguien muere, algo de vos
también se va con él. Pero mucho de esa persona quedará con vos para siempre. No te culpes pensando en que se fue sin que le pudieras decir todo eso que ahora mismo te gustaría decirle. De nada sirve que te atormentes imaginando el abrazo que no le diste, la visita que le mezquinaste, el cariño que pudiste darle y que por diferentes causas te guardaste.
Permanece cerca de quienes te quieren: parientes, amigos... Tal vez ellos no sepan bien qu
é decirte y te aconsejen que seas fuerte. Su intención es buena y genuina, pero no tenés que ser fuerte: tu dolor es único y te llevará algún tiempo curarte esas heridas. Por increíble que parezca ahora, llegará el día en que te sorprenderás sonriendo otra vez. El tiempo de consuelo llegará y encontrarás alivio. Hasta te reirás al pensar en las cosas que tu ser querido decía y hacía porque verdaderamente él o ella viven en vos. Sé que sólo estaremos separados un tiempo, así lo siento.
Mientras tanto, vive tu dolor, llora cuanto quieras, habla
hasta el cansancio de lo que te pasa con alguien de confianza , escribe lo que sientes, cualquier cosa que hagás para vivir el dolor es bueno. NO ES BUENO EVITARLO, NI GUARDARLO.
Hago mías las palabras de Mamerto Menapace "Si en cada despedida uno muere un poco, la muerte es solo una gran despedida. Pero la experiencia me ha regalado la certeza del reencuentro"
S
é que pronto volverás a sonreír porque mi pena también fue aliviada. El tiempo es un buen maestro y un gran doctor.